sábado, 22 de enero de 2011

LA GENERACIÓN DEL ORFI. CUERO ROJO

Todas están deseando que les cuente mi última escapada a Madrid, andan revueltas por las enormes expectativas que yo misma sin darme cuenta les había transmitido.
En fin, era un fin de semana en plan de: hago todo lo que tengo que hacer y ya está. Y no me vuelvo sin haber hecho lo que tenía que hacer. Ellas lo entienden perfectamente, que para eso estamos hermanadas y compenetradas.
MJ. está con la boca llena de croissant, dice que tiene un hambre que se muere, lleva dos días encerrada en el hospital y se le ha quedado el cuerpo hecho un asco de tomarse a escondidas los whiskys con cola para aguantar las noches, y que no come nada porque todo sabe a puré de patata.
V.  le contesta que no puede ir por ahí diciendo que toma whiskys en las guardias, no queda nada bien.
Por supuesto, MJ. ha contestado que solo es un dedito y que lo hace todo el mundo.
Todo el mundo, no. Seguro que no. Dice M. y se pone muy seria como ella sabe.
Bueno todo el mundo no, puntualiza MJ. solo yo, y otra que tiene una hernia discal que le duele bastante y así se hipnotiza.
Nos miramos todas, vayan plantel de enfermeras tiene esa planta……..
M. insiste, nena cuenta, cuenta lo de Madrid.
Bueno, a lo que ya sabéis, les digo despacio, resultado negativo: alineación indebida, muchos fuera de juego y tres saques de esquina.
Ah¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡, dicen todas. Pues vaya, que mal ¿no?
Si, pero he hecho muchas compras y especialmente me he traído una cosita que se os va a encantar.
MJ. que ha terminado el segundo croissant, me mira y me pregunta – ¿Pero algo para compartir o de uso exclusivo?
Pues mira que no lo sé- contesto. Os cuento la historia ¿vale?.
Si, venga plasta, dice V. que hoy tengo prisa, debo de atender a unos clientes de Alicante, de los que se me ha olvidado todo: donde tengo que recogerlos y a la hora que he quedado.
Dios Mío, V. ¡eres muy torpe!
Si, lo sé, dice en tono lacónico, pero luego les invito a un vino de 40€ y unos orujos blancos y se van tan contentos, eso nunca me falla.
Bueno, estoy –intento contar-, paseando por una de las calles de Madrid que tantas tiendas tiene y que tanto ambiente aporta, y de repente me centro en una que no me sonaba de otras veces, que seguro estaba ahí, pero vamos yo no la recordaba.
Tienda de ropa de cuero total. Mola.
Entre macarrica y glamuroso, pienso para mí, a lo mejor un supervestido de cuero negro me viene de perlas para la Semana Santa, o sea, que estoy pensando en la blasfemia y veo en el escaparate cierta prenda.
En medio de todo hay colocado con soltura y alevosía, para que no puedas dejar de mirarlo, un tanga de cuero rojo, chulísimo.
Dicen todas, Guauuuuuuuuuu.
Si. Irresistible. Por ello y por nada más, me adentro en la tienda y lo cojo. Nos podéis imaginar, suave, bonito, sugerente….. Lo agarro con ansia por si no hay otro, y este desde luego ya no me lo quita nadie y con disimulo entre montones de cazadoras a lo Loquillo me pongo a realizar una inspección en profundidad.
Creo que me lo llevo. Aunque de entrada le empiezo a ver un problema, el cuero huele a cuero. Vamos, que si voy a salir monísima de caro perfume italiano, pues esto puede dar el cante. Esto no apacigua mis ganas por el tanga, estas van creciendo por momentos. Me acerco a la caja y me empieza a dar la timidez, en la tienda solo hay tíos y yo voy con el tangita en la mano, un poco destroller. Lo arrugo disimuladamente mientras espero mi turno. ¡Qué largo se me está haciendo!
Cuando llego al mostrador hablo con el dependiente sobre mi compra, a este no le sobra un palmo de piel sin tatuajes, de hecho no sé si ve bien porque tiene uno dentro del ojo, o eso creo, vamos tiene un ojo rarísimo.
Le pregunto el precio.
32€, contesta. ¡Uf! me parece muy caro, pero claro, está muy bien confeccionado, me engaño.

Estoy encaprichada, me lo llevo. Cuando lo vuelvo a manosear para dejarlo en el mostrador, me fijo en la etiqueta, ¡anda!, ¡no me había dado cuenta de la etiqueta!.
La leo. Los simbolitos pertinentes y en letras grandes, pone. LIMPIEZA EN SECO.
???????????????????????????????
Todas abren la boca y pestañean rápidamente. ¿Limpieza en seco?
Si, digo melodramáticamente. Un desastre.
Un desastre, un desastre, todo me gira allí en medio de la tienda.
No me veo llegando a mi tintorería de toda la vida, la de los hermanos Gómez, tan correctos ellos, tan tradicionales, tan preocupados por el origen de cada mancha, y yo con mi tanga de cuero rojo. No me veo.
Va a ser que NO, dicen todas entre suspiros.






3 comentarios:

  1. La escena es para morirse de risa. Sin duda, era muy caro.
    ;-)

    ResponderEliminar
  2. Buenísimo Mamen...¿ y fue tal cual...?
    Eres auténtica...besos...

    ResponderEliminar
  3. Todo es ficción. Bueno todo no............, el tanga existe.

    ResponderEliminar