miércoles, 30 de marzo de 2011

SubsubArte


Ya me he cansado y no puedo más. En el ámbito que yo me muevo hacer una afirmación como esta es cerrarse puertas o directamente ponerse la soga al cuello. Ser tachada de rancia o inculta. Me da exactamente igual.

Dice el artista de esta exposición que lo que pretende con sus obras es, "quitar solemnidad al arte".
Primero la palabra ARTE ya lleva intrísica en si misma, unos parámetros de expresión, virtud, sentimiento, belleza que yo sinceramente no le veo por ningún lado a los frigopies de Lenin. Los que veo más cercanos a la pretecnología y a la tomadura de pelo.

Segundo, el arte ya fué restado de solemnidad cuando fue democratizado y pasó a ser gestionado por funcionarios.
El Arte en todos sus devaneos históricos ha tenido una principal función y una conciencia basada en el respeto del creador al espectador. De puesta en valor por el que lo pagaba y de disfrute para el pueblo, desde el respeto, insisto.

Dice un comentario de esta notica que al Arte ya se le restó solemnidad cuando surgió la corriente Dadaista. Esta que quería ser antiarte, surgío como una postura de negación al canon artístico y literario del momento, opuesto al concepto de razón del Positivismo. Y con valores tan importantes como la imaginación y el automatismo, que luego recogerá el surrealismo. Lo que quiere decir que esta corriente tenía un fundamento sólido de expresión. Aunque se le restara solemnidad, tenía una razón argumentada en su manifestación.

Este artista plástico, entendiendo el Arte Plástico como, "la pintura, escultura y arquitectura en cuanto que sus obras se captan fundamentalmente por la vista", claramente no puede ser más plástico, porque no llega al intelecto, se detiene en la vista.

A lo largo de la entrevista no dice que precio tienen los frigopies y si dice, que su inspiración fué la decoración interna del congelador.

Se expresa bien y argumenta su obra en el sentido del humor,  en una postura de cercanía al público y se desliga de la metodología proyectual. Y dice " no he podido hablar todavía con nadie demasiado en profundidad".
Define su obra con ideas tan antagónicas como sublime o tonto, serio o jocoso. No lo pillo, o es sublime o es tonto.

Sinceramente creo que estoy siendo muy injusta, debería ir a la galería sentarme allí unas seis horas, analizar estos frigopies de Lenin desde diversos puntos de vista y charlar con el autor. Y no desparramar mi indignación solo por un artículo de periódico, sin sólidos fundamentos.
Bueno a ver si la próxima vez con su tupper gigante en forma de ataud, me convence.

Lo he intentado y lo intentaré, seguiré aprendiendo y por supuesto intentaré que mis pequeños lo comprendan. No me faltarán ni museos, ni galerias de arte supercomtenporáneo que visitar. E incluso me leeré, que ya tengo en casa, el manual perfecto de Adam Lindemann, Coleccionar Arte Contemporáneo.

Pero no me la dan con los frigopies.

Hoy me siento identificada con las palabras de Eduardo Arroyo, artista consagrado y de cierta trayectoria, que dice en una entrevista reciente,  "ha triunfado el cinismo, ya nadie cree en nada".

Hoy frente al arte supercomtenporáneo, en algunos casos, sobra hipocresía y cobardía. Y falta clara sensatez.

sábado, 26 de marzo de 2011

ARTE SEDUCTOR

Tengo un amigo sobrado de inteligencia que hace unos meses me regaló un libro. “69 historias de deseo. Un museo imaginario erótico”.
Digo sobrado porque chorrea inteligencia, literalmente chorrea. Hace poco pasó por mi casa y efectivamente había chorretones por todos lados, de esos que ni con la fregona. Los chorretones de inteligencia son muy distintos a los demás, no brillan, ni son pegajosos, no se te pegan en los pies, ni manchan. Solo dejan un ambiente de inconsciencia del cual no te apetece nada salir, quedarte envuelta en mierda de inteligencia.
Volviendo al libro, portada sugerente, con detalle de la “Dánae” de Klimt, formato enorme y pesado con aplomo. Por el que mueres, suspiras y deseas que alguien te regale cuando lo ves colocado en una bonita estantería.
Yo he regalado muchos libros y todos contienen mensajes, pero claro, hay montones de idiotas que no los captan.
Este maravilloso libro es el resumen más erótico del mundo del arte implícito y explicito. Nada subliminal, está lleno de estímulos que se perciben de forma totalmente consciente. Sin descaros, sin estridencias, sin empalagos, lo sutil que fue el mundo del Arte, antes de las porquerías del S. XXI. Para plasmar sin escándalo, lo sensual y la sexualidad en maravillosas y sugerentes obras.
El recorrido se inicia con el arte griego, como no, referente universal. La obra en cuestión “Vasija de figuras rojas del siglo VI a. C”.  se encuentra en el Louvre.
Representa una orgía, sin tapujos, y según el autor era un objeto de uso cotidiano, lo que te lleva a la conclusión de que estos gozaban de más libertad sexual que nosotros. Pero esta libertad no es como la entendemos ahora, entre otras cosas la vagina de una señorita valía su peso en oro, de ella podía depender el ascenso social de una familia………
Como mi adorado libro no tiene desperdicio, no me puedo entretener en cada una de las representaciones escogidas. Entre estas deliciosas páginas cabalgan obras de connotaciones religiosas basadas muchas en los textos bíblicos, con el diablo muchas veces de ejemplo. La mitología griega, con Paris, la maravillosa estatuilla de Pan copulando con una cabra, Príapo cargado como un toro y la estimulante “Leda y el cisne” de Rubens, la más deseable.
También baraja los juegos que hace unos siglos eran inaceptables para Occidente la combinación de la desnudez completa con figuras completamente vestidas.
Esclavas y odaliscas de piel transparente y blanca como las del “Baño Turco” o la impresionante “Esclava blanca” de Jean-Jules Antoine Lecomte del Museo de Bellas Artes de Nantes, mi preferida.
En esta obra la esclava aparece en primer plano con su espalda desnuda, sinuosa e interminable, como una duna perfecta. Lleva en su mano un cigarrillo, si, un cigarrillo. Los detalles de la composición son perfectos, telas ribeteadas de puntillas y bordados, cojines orientales, joyas, una naranja abierta como un mundo por penetrar, y al fondo la mirada de un joven, un joven inocente, un hombre de color. Ella es la representación más descarada de la femineidad, todo poder y todo dominio.
Me gusta también hasta el delirio la historia de Rolla, como se titula la obra 47. Con una bellísima Marion, sobre una cama, desnuda y relajada tras haber hecho el amor con su amante. Basado en el poema de Alfred de Musset. Poeta amante del escándalo de principios del XIX, que siendo un autor romántico apenas ha envejecido. Suyas son las palabras; “Es necesario amar siempre, aun después de haber amado”.
Ya entrados en el S.XX, también se puede disfrutar de una serie de obras con cierta inocencia y picaresca, sin rebasar nunca los límites de lo obsceno o el sexo por el sexo,  concepto para vender arte conceptual, o sea.
“Dora y el Minotauro” de Picasso, ,… donde yo veo claramente reflejado en ese Minotauro la fortaleza sexual del autor.
“El entredós”, de Leonor Fini, donde se evoca espléndidamente el lesbianismo.
Y la fotografía. Dos autores a destacar, David Hamilton, el eterno buscador de la ambigüedad y su coqueteo con la fina línea de la pornografía, y la fantástica foto de Robert Mapplethorpe retratando a  Louise Bourgeois, anciana y sonriente agarrada a un tremendo pene obra de la propia escultora.
Ni que decir tiene que me quedo con las ganas de resaltar muchas más obras, de entretenerme horas y horas en cada una de ellas. No quiero dejar de nombrar a Miguel Ángel en “La Tentación” de la Capilla Sixtina. Artista por el que todos es sabido, yo siento una pasión patológica.
Pero lo que quiero destacar, es que todas estas obras menos una y las anónimas, están ejecutadas por hombres.
Retomando el principio, y habiendo consultado la prestigiosa agencia británica de estudios sociológicos y comportamientos colectivos, la Frontier-LaIndependent Economics. La inteligencia emocional y sensitiva de los hombres actuales está muy por debajo de la de los últimos 20 siglos. Es decir, el hombre actual tiene una inteligencia probada para resolver cuestiones técnicas y tecnológicas, hacer mala política, todo tipo de acuerdos internacionales, generar conflictos o ganar mundiales.
Pero ha sufrido un tremendo retroceso en la búsqueda sensorial de los placeres básicos vitales, despreciando la consecución del mundo erótico limpio.
Por circunscribirlo al ámbito que manejo, tipos inteligentes conozco algunos, varios, unos pocos, un puñao. Pero no del tipo que hoy pintaría la obra “El origen del Mundo” de Gustave Courbet, el paisaje que rinde el homenaje más rotundo a la erótica femenina. Sin alardes de masculinidad, de imposición de su inteligencia frente al avance imponderable de la fuerza femenina que origina el Mundo.
Bueno para ser justos, mi amigo el inteligente chorretoso, quizá si.
Ejemplo arte erótico S.XVII:

Detalle de :"Betsabé con la carta de David", de Willem Drost, 1654.


martes, 15 de marzo de 2011

ON of CONTENIDOS

Me levanto hace unos días y de repente al ir a lavarme la cara me encuentro que estoy vacía de contenido. Me miro bien y resulta que han desaparecido todos mis contenidos, vamos los tres que tenía. Mente y cuerpo vacíos. Archivos adjuntos incluidos y todo el material porno que había acumulado desde que tengo banda ancha.
El caso, que al no tener contenidos me voy al especialista y me receta dos pastillas al día de sensatez. Porque no ve probable que recupere los dichosos contenidos. Yo no discuto nada ya que no tengo material para generar discusiones y empiezo con la sensatez. La primera semana bien, no monto ningún comando suicida, ni genero altercados. Pero tanta sensatez me empieza a producir acidez.
Una amiga me ve la cara y me recomienda algo de ironía, buenísima para la acidez. Que me pase con la ironía unos días a ver si consigo engañar a alguien y que me ayude a recuperar los malditos contenidos.
La ironía a mi me está sentado de puta madre, pero al tercer día me dice mi jefe que me la vaya metiendo por donde me quepa que tengo al personal irritable. Que pase por prevención de riesgos laborales y que me receten algo.
Me paso por prevención de riesgos laborales y les cuento todo. Que he perdido los contenidos básicos y necesarios de mi proceder habitual, que la sensatez no me va y que la ironía afecta a terceros.
Estos me hacen dieciséis millones de cuestionarios  y en el diecisiete millones llegan a la conclusión de que necesito mucha cantidad de electro estimulación, leyendo algún autor chino del siglo XVI, por ejemplo a Jin Ping Mei, en su obra “El Erudito de las Carcajadas”. Que me lo lea de arriba abajo, aprenda algo de sexo oriental y me ría a carcajadas. Así no recuperaré mis contenidos pero puedo alcanzar un estado de euforia que me libere de posibles presiones mentales que no me dejan abrirme a nuevos contenidos.
Me aconsejan también amablemente no tomar Huevos Kínder en unos días y dejarme el té verde intravenoso.
Vale, pues bueno, a leer al chino que me pongo.
Si, aprendo sexo oriental por un tubo pero me da la paranoia y no consigo la euforia, por lo que se desencadena en mí un estado de desmotivación general que me lleva a echar mucho de menos mis viejos contenidos.
Los analizo en mi memoria y pienso con ternura si me son prescindibles.
1.   Mi primer contenido, el sentido del humor con el que mi madre me pario. No es que ella me pariera descojonada de la risa, no, es que en algún momento del parto sufrí un golpe con la ventosa y generó en mí una risa floja que a partir de ese momento transformé gracias a los probióticos y a los oligoelementos en: pase lo que pase jamás perderé mi sentido del humor.
2.   Mi fuerza de voluntad, es decir, tengo una voluntad que a la fuerza me lleva a  tener fuerza de voluntad.
3.   Mi sentido vitalista de la vida vitalista. Vamos que si no lo joden las hormonas, el carácter y las patologías endógenas que me provocan los diversos gilipollas, me encanta disfrutar de la vida pese a mi permanente estado de insatisfacción.
Jo, si los echo de menos.
Me largo si dilación al chino más cercano ya que llevo unos días con el del S.XVI, voy a ver si uno del XXI me da la solución.
Le digo que busco algo para recuperar mis contenidos básicos.
Quiele una pila tlifásica con calgadol de poliuletano pala dolmil. Es chuli.
Le compro la pila nosequé.
El caso que esa tarde cansada de mi vida sin contenido y agotada de deambular sin rumbo, decido hacer mi mejor terapia; mirarme en el espejo exactamente 66 segundos seguidos, poniendo cara de somnífero mal digerido.
Creo que algo está funcionando, tengo la pila colocada en el insert coin, el careto de los 66 segundos y concentración suficiente para recuperar mis contenidos y los de mis siete vecinos. Me quedo dormida sentada en el bidé.
En mis sueños,  no sé si gracias a la pila, empiezo a sentirme renovada, me libero de la ansiedad,  gano sin quererlo 400 gramos de peso y una sonrisa.
Cuando me despierto tengo una nueva sensación. No solo he recuperados mis queridos contenidos básicos, al relajarme y desconectar de mi autoexigencia, también he recuperado todos los pdfs, jpgs y los words.
Incluso aquel word que tenía en la papelera titulado: “Soluciones prácticas para el desatino amoroso y encontronazos afectivos”, que ahora en mi momento On of Contenidos, llamo: “Soluciones definitivas para eliminar el sarcoma masculino y sustituirlo por las diez direcciones básicas de Sexshops en el mundo”.
Se me enciende la pantalla y aparece un mensaje: In-de-pen-dent, lea atentamente:
Le dijo el mariscal Kutuzov al príncipe Andrés, en Guerra y Paz, “Todo llega cuando tiene que llegar para quien sabe esperar……”





viernes, 4 de marzo de 2011

BARYSHNIKOV


A la estúpida edad de 14 años me deje seducir por un hombre rubio, bajito, de ojos nostálgicos, de cuerpo fibroso y fuerte.
Me lo pidió todo y se lo di.
Si hubiera tenido conciencia de lo que hacía, nunca le habría entregado mi corazón, porque el muy canalla no me lo devolvió.
Desde entonces sueño que baila para mí.
Lo mejor de esta historia es que era un secreto. Era.
Probablemente con un poco de sutileza los demás puedan conocer de ti solo lo que tú quieras que conozcan. Esto me parece interesantísimo.
Me voy a poner seria, muy seria.
La importancia de un secreto no es que excluyas a los demás, no es excluyente. Desde mi punto de vista Independent la importancia de un secreto es la intimidad.
La intimidad a mi me da libertad.
Se vive rodeado de todo y todo nos rodea, somos públicos notoriamente públicos. Pensamos en dimensión social a la cual condicionamos nuestra dimensión personal.
Opino que se dedica poco tiempo al autoconocimiento y por ello vamos lastrando personalidades no del todo definidas que dependen inmensamente de la opinión del resto, ya que nos reflejamos y nos formamos, en la mayoría de las ocasiones, en lo que los otros ven de nosotros. Esto es agotadorrrrr. Que levante la mano el que no lo haya pensado alguna vez.
Como los referentes, me parece básico tener buenos referentes en tu vida, en tu desarrollo personal. He pensado y mucho, en lo importantes que son todos los referentes con los que yo he contado y sigo contando. Lo mucho que me han influido y confeccionado.  Lo imposible que me será agradecérselo como se merecen.
Pero cuando tú eres el referente……………..,  cuando debes dejar impronta en los que configuran su vida y necesitan un guía, un buen guía.
¿Cómo se compagina el ser un buen referente con la lucha por tu intimidad? Esa intimidad que puede ser no correcta o inconscientemente salvaje. Más agotadorrrrrr.
Esta corta coreografía de Baryshnikov es uno de mis referentes.
Porque tiene mucha fuerza, energía, talento, pasión, expresividad y un precioso toque intimista. Por otro lado está enamorado, supongo que de Helen Mirren que bien lo vale. Pero sin duda también está perdidamente enamorado del concepto vital de ser libre, independiente y auténtico.
Creo y porque me he puesto seria, que es una auténtica mierda vivir sin poder ser libre, independiente y  auténtico. ¿Egoísta?, supongo.
Yo lo llamo pirueta.
A los que han conseguido o están en vías de conseguir su pirueta perfecta les dedico con toda mi admiración, el siguiente baile. La perfección Baryshnikov, el cual sigue poseyendo mi inocente corazón adolescente.