miércoles, 9 de febrero de 2011

LÍQUIDA

Me siento muy líquida.
Nada corpórea. Como una sandía, tengo corteza pero por dentro reboso agua.
Aunque no sé si me siento agua, creo más bien que me siento lágrimas.

¿Qué por qué me siento líquida?
Porque he perdido mis células. He perdido todas mis células, mis cincuenta billones que componían mi cuerpo, todas las que formaban mis tejidos, órganos, aparatos y sistemas. Por lo tanto ahora carezco de las unidades básicas de mi organismo.

¿Y por qué he perdido mis células?
Por una imagen en televisión, y por muchas historias que me han dejado sin materia. No he podido evitarlo, por incomprensión. Me explico, cuando me cuesta encajar algo y a la postre me resulta doloroso, me quedo sin células.

¿Y por qué siento incomprensión?
Por un término que creo a muchas mujeres nos pasa desapercibido, y solo por el hecho de serlo, de ser mujeres, deberíamos grabarlo en nuestro cerebrito de forma permanente, un término el cual ha recalado en mi pequeña conciencia burguesa y en mi poca y gestante solidaridad.

¿Y a que alude ese término?
A la matanza de mujeres generalizada en todo el mundo y más concretamente en Centro América, por ejemplo Guatemala, la explotación sexual y abuso de niñas, a la discriminación social por su sexo, al burka, la lapidación, a la ablación, a la trata de blancas, a la violencia machista y a tantas y tantas atrocidades que yo llamo feminicidios.

¿Feminicidios?
Si y no solo los llamo yo, algunos organismos gubernamentales, ONG, foros ciudadanos de la defensa de los derechos de., periodistas valientes, medios de comunicación, etc. establecen que es un gran problema, pero no es un problema de proporciones gigantescas.
Este problema de no proporciones gigantescas afecta a mujeres de pocos recursos, con falta de educación de toda índole, niñas, mujeres-fantasmas, despojos humanos por su sexo, sin independencia física ni anímica, ni mucho menos económica. No están vinculadas a macro operaciones bursátiles, ni son dueñas de un punto estratégico de paso de mercancías en el mediterráneo, ni cuentan con la patente del Windows Vista.
Ejemplos hay a miles y miles, de sobra los conocemos.
No existe todavía y no creo que se consiga pronto, la base elemental para la subsistencia de millones de mujeres,  el respeto.
Por eso, porque son mujeres.
Dan para noticias estremecedoras y lacrimógenas, dan para encuentros internacionales, dan para periodismo de investigación, evaluación antropológica, reflexión y puestas en común, balances sociológicos, estadísticas, bases de datos y tal y tal.
Pero mueren como animales y no solo mueren, quizás por duro que resulte, en algunos casos sea su salvación, si no que son salvajemente torturadas y humilladas.
No puedo decir más, a Mindy Rodas me remito, una solo de tantas, una chica bonita que se cruzo en el camino de un hombre con solo una virtud, ser un cobarde.







1 comentario:

  1. Escalofriante! Sensación de impotencia y dolor. Tan cercano y ajeno a la vez porque es difícil pensar que existan vecinos, amigos, conocidos cobardes.Es mejor creer que no nos "toca" y sólo ocurre en un país como Guatemala. Pero si nos paramos, pensamos y nos esforzamos en recordar... seguro que nos viene una imagen irrespetuosa, abusiva y cobarde hacia alguna conocida, vecina, alumna, amiga... Eso también es una mutilación. La mutilación del alma, la anulación como mujer y persona , lo más peligroso es que no se ve y la muerte está en el interior: poco a poco todo se consume hasta marchitase: OTRA MUTILACION

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