martes, 19 de abril de 2011

HETERODESIGNACIÓN

Ser lectora y seguidora de Amelia Valcárcel, no es que esté bien visto, no es un planazo para tertulia de treintañeras y no cuela en donde el feminismo es un tabú desacralizado.
Pero como me mueven mis inquietudes y para nada me considero feminista, me gustan las opiniones de Amelia y su pensamiento.
Un reciente artículo en El País me ha hecho retomar mi interés por el concepto de la heterodesignación.


Alguién con mucha gracia y mucho talento ha escrito recientemente sobre la mujer moderna.
La mujer moderna existe y se consolidó mucho antes de que nuestras abuelas hubieran cumplido los 10 años. Y antes de que las suyas hubieran cumplido los 10 años.


Una mujer muy moderna fue la fantástica pintora polaco/rusa, Tamara de Lempicka. Hace tiempo que tenía ganas de hablar de ella, y esta oportunidad la pintan calva. Icono del Art-déco. Rescatada hace unos años y puesta en valor como una de las artistas más interesantes y carismáticas de su época.
Libre, inteligente, valiente, osada, caprichosa, drogadicta, adicta al sexo, brillante artista, desequilibrada, insultantemente elegante, confusa, divina, olvidada, rica, femenina, de potente personalidad, es solo un pequeño ejemplo que aquí presento, de las muchas mujeres modernas que yo podría seleccionar. Para conocerlo todo, todo sobre ella, la impresionante biografía escrita por  Laura Claridge y publicada en el año 2000.
Ya dijo Jean Cocteau en 1922 " El genio, en arte, estriba en saber hasta donde se puede llegar demasiado lejos".



Volviendo a Amelia Valcárcel recientemente ha declarado " las jóvenes actuales están bajo el "espejismo de la igualdad" y no son en absoluto conscientes de los derechos de los que ahora disfrutan gracias al trabajo de anteriores generaciones de mujeres".
Creo que esto no deberíamos olvidarlo ninguna.
Tenemos una sólida base y un legado sobre el que asentamos nuestros logros de hoy,  pero no nos confundamos, en estos momentos no somos tan modernas, como lo fueron ellas, para nada. Ahora somos muy coetáneas a nuestra época, pero ellas, muchas, rompieron barreras inconcebibles y sufrieron  la incomprensión en la mayoría de los casos.
Sería muy largo centrarse en los muchos ejemplos que las historia nos ofrece.

Considero que hay un solo aspecto en el que a veces no avanzamos lo suficiente, la dependencia emocional.  El enamoramiento dependiente y la focalización del ser amado como barómetro de nuestra vida y nuestro funcionar. Error, error.
Es una travesía mal emprendida y que degrada a la mujer inteligente y autónoma en marioneta absurda y bobalicona. Aquella que no se ralle por un motivo similar, ¡chapeau!, modernidad conseguida.



Él la ama hasta el delirio.
Cada molécula y particula de su cuerpo, mucho más allá de lo que es él.

3 comentarios:

  1. Para hablar del amor me remito a algunos que dejaron brillantes frases acerca de este sentimiento, cantaron sobre ello... y fue recopilado magistralmente

    http://youtu.be/35rREuHEJg8

    Los razonamientos cerriles en torno al feminismo de trasnochadas tipo Lidia Falcón es que me suenan a naftalina del arcón de las mantas zamoranas de la abuela, pero sí tiene (creo) toda la razón del mundo Amelia Valcárcel al resaltar que hay muchas mujeres que no valoran lo conseguido en unas pocas décadas por nuestras madres, olvidando que este statu quo actual en el que (a pesar de la vergonzante desigualdad salarial y algún otro disparate) la mujer no tiene ningún tipo de barrera o limitación social o legal.

    A finales de los años 70 mi madre, con tarjeta de crédito a su nombre, necesitó autorización de mi padre para comprar un sofá pq según unos conocidos grandes almacenes "ella sola no era responsable para acometer ese gasto". Y no hubo narices, si no llevaba una autorización escrita y firmada por mi señor padre los empleados del señor Areces no le vendían el sofá.

    Y de ese sofá me acuerdo yo, no hablamos de las sufragistas del Londres en blanco y negro.

    Pero es que el ser humano es así. Por esa misma época acababamos de salir de una Dictadura que aunque no la olvidamos pq ocasionalmente salen a relucir espantajos y cunetas llenas de muertos, sí parecemos olvidar que durante casi 40 años los españoles no pudimos elegir.

    Y hoy, tres décadas después, cada vez es mayor el número de españoles que se quedan en casa ciertos domingos en vez de tomarse la molestia de acudir al colegio electoral a meter aunque sea una papeleta en blanco (si es que no les agrada ninguna de las opciones disponibles).

    Qué rápido olvidamos lo que otros nos consiguieron, qué rápido pasamos de la necesidad de algo que no tenemos al desprecio de lo que ya no valoramos y damos tan por supuesto que nos arrogamos el lujo de despreciarlo.

    Y de Tamara ya te dije... tomo nota de la biografía y lo apunto en la lista de posibles guiones.

    Besicos.

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  2. "olvidando que este statu quo actual en el que (a pesar de la vergonzante desigualdad salarial y algún otro disparate) la mujer no tiene ningún tipo de barrera o limitación social o legal."

    Documéntate sobre la prostitución como manera de violencia hacia la mujer, un ejemplo clarísimo de discrimación social(y este es sólo un ejemplo)

    En cuanto a la legal, se han superado las barreras de la desigualdad, y todos somos tratados como sujetos legales, pero también recomiendo profundizar en el espejismo de la igualdad del que todos somos presa.El comentario que destaqué es un ejemplo de este espejismo.

    Saludos =)

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  3. Perdona la pregunta... Por qué te sientes obligada a declarar públicamente que no eres feminista, como si el término estuviese preñado de un lector implícito que de algo te acusa? Ese es justamente el concepto de heterodesignacion, así funciona. Nos vamos moldando a los márgenes que nos dejan, incluso nuestros propios temores. Abrazos de una profesora de posgrado de literatura y feminismo.

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