EL SILENCIO DE LOS CORDEROS

Así en silencio y con carita de cordero degollao nos quedamos muchos el pasado viernes cuando nos llegó la noticia de que el Tribunal Constitucional admitía a Bildu como candidatura a las próximas elecciones del día 22.

En la cultura anglosajona la expresión quid pro quo (de origen latino) se toma en el sentido de sustituir algún bien con otro o para referirse a la reciprocidad en un trato explícito o implícito, en un intercambio de favores, o en las negociaciones.

De este asunto poco se puede decir ya, muchos comentarios acertados han surgido ante esta noticia, todos de indignación y de pérdida de fe en las instituciones. Apoyo a las victimas, que estarán alucinando y de sálvese quien pueda, ante tremendo despropósito.
No veo nada más atroz que hacer un uso tan doloroso y antipolítico del poder. Nos han tratado peor que corderos.

Pero como estamos en campaña electoral en esta ocasión dejo mi estilo independent a un lado y paso a mojarme un poquito ya que sangre y convicción obligan.

Precisamente esta mañana y desde una red social he sigo testigo de la discusión acerca de la figura política, lo tópicos y estigmas que esta acarrea, lo desconocido de su realidad verdadera y la falta de fe y confianza que la mayoría les profesan. A no ser por una empatía especial de carácter personal o por la designación de cierto personaje político como hombre/mujer integro/a de buen hacer y respetado, se lanza habitualmente el personal a la critica fácil y sin fundamento.

Existen notables aciertos y considerables desaciertos como en todo.

Para informarme y no quedar como cateta-desinformada me meto en el cuerpo las 99 páginas de un pdf titulado Glosario de Conceptos Políticos Usuales, de Eduardo Jorge Arnoletto.

En el siglo V a. C. Pericles se convirtió en el político más ejemplar del momento , llegados hasta hoy, pese a la considerable distancia del tiempo, en un paradigma del hombre-político por excelencia.



A parte de educación militar, que le aportaría una severa disciplina y cuestiones vitales como la defensa del honor propio y patriótico, fue educado por dos grandes del momento, Anaxágoras y Protágoras, de los cuales cuenta la historia aprendió alteza de miras y gran raciocinio. Sumado esto a un carácter particular destacado en serenidad, elocuencia, brillantez intelectual, espíritu democrático y amor por el progreso intelectual y artístico.

Obviamente y pese lo que nos pese, no todos nuestros políticos actuales tienen las facultades de Pericles. ¡Ojala, y o sea!

Pero si la formación no es la apropiada, si sus convicciones no están definidas, si su carisma no es destacado..... podemos perdonar. Hoy con una entrega garantizada al trabajo bien hecho, dedicado a unos ciudadanos confiados (poco exigentes, protestones y nada resolutivos), si encontramos una figura disponible, amable, con conciencia de proyectos (no de eslóganes), con transparencia, y sin prepotencia acumulada.

Quizá obtengamos un buen resultado.

Por ello, confió en que todos los que de estas ya cercanas elecciones salgan, no serán una nueva o repetida estructura política, quemada o desmotivada.

Porque si es así, que por favor no continúen, que dejen aire.

Tenemos que exigir un nivel alto y decente de representantes en todas nuestras áreas, con clara actitud política, con actuaciones basadas en la eficacia y en la eficiencia. Con disposición a los acuerdos y la lucha administrativa, sin apatía, ¡por favor!. Con capacidad de decisión y autocrítica.

No parece que sea demasiado, es la base de muchos trabajos de hoy.

Burdeau dice, que la operación política fundamental es la incorporación al orden de hoy de los imperativos del orden de mañana.

Menuda entrada llena de obviedades. Pero en estos momentos no está mal recordarlo, comentarlo y exponerlo, en fin, a quien corresponda.......