martes, 14 de abril de 2015

ME HE PENSADO MUCHO EL TÍTULO Y AL FINAL NO LE HE PUESTO TÍTULO


Parafraseada, la vida se ha vuelto muy parafraseada. Entro un minuto en una red social y solo encuentro a gente repitiendo frases de gente y compartiendo post y mensajes de sabios, pensantes, escritores o peña cool.

Esta bien, por lo menos nos acercamos un poco a la virtud del pensamiento. La razón y la lógica.
¿Pero luego que hacemos en nuestra realidad real?, nada o muy poco. 
No sirve de mucho, es decir, no nos aplicamos el cuento, no lo llevamos a la práctica. Seguimos bajo el vértigo de lo cotidiano, lo estándar y más de lo mismo.
Admiro muchísimo a las personas capaces de romper con todo. De salir de lo establecido para pasar a lo noestablecido en otro ecosistema. Solo los animales derrapan en ecosistemas no gratos para ellos. Nosotros los medios humanos o los "cuarto y mitad" podemos cambiar de ecosistema tantas veces como queramos. No es un acto tan valiente ni tan arriesgado, solo es un cambio. 

Se ha demostrado; podemos vivir a distintas temperaturas, en el agua, en el aire, en el hielo, en el calor, en el frío, en donde nos propongamos. Somos el ser superior mas fácil de adaptar que existe.

En algunas sociedades la mayoría, por norma, tenemos un horario común, una aptitud común, unos ritos comunes, una forma de amar común y unos ciclos comunes. Da estabilidad, pero resta chispa. 
¿Y por qué alguien quiere en su vida chispa? Porque una chispa encendió un fuego y un fuego permitió la evolución.

Y para colmo nos creemos todo lo que nos dicen, sobreinformación contra opinión. Se opina y se debate, pero siempre bajo la etiqueta o el posicionamiento. Yo solo he creído a una persona en mi vida. Por su naturalidad, por su humanidad, por su objetividad... Por lo menos lo he tenido a él.

He tenido una experiencia vital de diecisiete meses completamente social. He tenido la oportunidad de experimentar muchas facetas de las personas. Me he decepcionado mucho y he encontrado perlas de difícil recolección, ostras sin brillo que escondían un tesoro.
Hay unas carencias enormes de aptitud social, tenemos una enorme incultura social. Salimos desde muy jóvenes a las calles, llenamos los bares, charlamos, ligamos, debatimos y seleccionamos. Pero nos falta mucho para tener aptitud social. Falta silencio, tacto, generosidad, empatía, respeto, saber estar, discreción. Sobran muchos roles y ruidos.

Bueno todo esto es mi opinión, claro. Una opinión Independent, como si digo que me tiro cuatro peos y ya está. Que no pasa nada, que es una función natural del sistema funcional. 
Nunca habría podido ser pastora. No me veo en medio de un rebaño. Y eso que me gustan las cabras. La murciano-granadina especialmente. Tienen una mirada de cabra loca molona. Y sobre todo un queso estupendo.

Por favor, conserven su caos. 



domingo, 4 de enero de 2015

EL CLUB DEL PAVO

Según he leído en un magazine en una de esas mañanas que no tengo que pasar la mopa por mi ojera y el supercorrector neutralizador de patas de gallo por el suelo de la casa. Hay un asteroide de tan sólo 1 km de diámetro y que está identificado con el número 1221 que se llama Amor. Da vueltas alrededor de la Tierra, pero cómo no está en órbita contra nosotros si no con nosotros no va a impactar nunca con la Tierra. O sea, el Amor pululando por la estratosfera, sin llegar a contactar. Je,je,je.
No digo nada más sobre este tema.

No obstante no confío nada en los asteroides, soy más de confiar en la evolución sistemática de la persona en conexión con los sentimientos ajenos, es decir, empatía y más empatía.



Un grupo de señoras nacidas en el siglo pasado, bien analizadas desde el punto de vista físico, mental, y emocional han coincidido en el espacio/tiempo de una pequeña ciudad. La cuestión no es quien tiene la cocina más mona con el último diseño italiano de pomos anti grasa, si no quién tiene la mejor racha sin estrés para poder colocar a la sobreviviente un monumento en la Plaza de Santo Domingo de la ciudad de Murcia. 
Hemos cumplido con las expectativas. Las de los demás, no sé si las nuestras. Los niños monisísimos, el equilibrio a lo Melrose Place con la pareja, los estudios, la formación, la buenas formas, ¿el hola que tal?, adictas a la evolución activa, no pasiva, sin energías tóxicas, sin caramelitos de menta, sin baños de chocolate, con un plus de curro y de gestión de contenidos.

Quien no lo entienda es que no tiene las dos hormonas coordinadas para comprender que cumplir más de 40 y ser divina "full time" tiene mucho de empeño y poco de casualidad.

Pero en general no tiene nada de meritorio convertir un estado de edad física en una reivindicación digna de la afinidad con las amigas y del apoyo incondicional. ¿Si no nos apoyamos entre nosotras, quien nos va apoyar?. No tenemos nada que ver con el pasado, pero si mucho con el futuro. Somos el eslabón, formamos con más o menos conciencia un serio intervalo femenino. Podemos cambiar los roles, los prototipos, las ideas excluyentes, formatear nuevos discos duros y ponerlos en valor.

No vivimos en Nueva York, no tenemos culo de portada, (bueno esto porque no queremos), no necesitamos propaganda, no necesitamos ecos sordos. Solo necesitamos confiar en nosotras mismas. Confiar hasta que nos salga fluida por los cuatro costaos. La confianza en que la edad perfecta, para hacer, deshacer, convencer y empezar miles de veces, es la nuestra. 
Power, power.



Hace unos años mi amiga Cristina de A Coruña, una morena de una inmadurez aplastante a los 20, por lo que supongo que tendrá una madurez de masa de pizza a los 40, me decía que todos los días al despertar ella tenía un nombre para definir el sabor de ese despertar. El caso que al ser lo único con gracia que consiguió decir los meses que dormimos juntas, le seguí el rollo. Según la luz, pensábamos en un cuadro de los que tanto nos fascinaban de la ciudad donde vivíamos y antes de salir de la cama, decíamos en voz alta: hoy el día sabe a...

Hoy al despertarme tras una noche mejor que guays rodeada de amigos, me he acordado de la anécdota de Cristina. Lo gracioso es que la mayoría de los días, nuestro día siempre sabía a Boticelli. A Sandro Boticelli.
Pues sí. El nacimiento de Venus, tiene mucho de color  y sabor moderno para despertar las energías de las señoras de 40. Porque yo estoy convencida que hemos salido de la concha, en formato perla dura sin brillos estridentes, con calidad para una pieza de joyería pero sin gilipolleces de "porque yo lo valgo". Cabezas amuebladas, autocontrol según el día, sentido del humor en toneladas de quehaceres mundanos.

El estímulo, desde mi punto de vista, no es interpretar los estereotipos de Sófocles. La ironía trágica, el conflicto entre la realidad y la apariencia no debería preocuparnos. La vida tiene un formato múltiple, los cambios son buenos, el trabajo bien hecho atrae héroes, los días mustios se viven siempre mejor en compañía, la gente ingrata no tiene ningún mérito, es fácil ser muy imbécil. Es muy difícil ser una persona íntegra.

Se puede intentar, no hay mayor satisfacción. Abrir la puerta de tu dormitorio y que el pavo de mirada fundente te diga: "Pero que mal aspecto tienes flaca a las 3 de la mañana, ven aquí que te cante una nana y te presente a Boticelli"












domingo, 30 de noviembre de 2014

BAOBAD

Me gustan los próximos 20 minutos. Cuando escribo. Destripar una parte intima de mi.

Me gusta que hayan minutos por delante. Horas para aburrirme. Para desesperarme, que me obliguen a vivirlas. Vivir momentos. Miles de momentos sin apenas darme cuenta. No entiendo como podemos vivir al día tantas y tantas cosas maravillosas sin darnos cuenta.

No tengo ni idea que será no vivir, como puede la respiración entrecortarse y dejar de fluir. Vivir tiene de todo, hasta bolsas a 5 céntimos de Carrefour. Vivir vivir es cómodo, puede serlo. Las constantes para una vida cómoda están chupadas. Las aprendemos enseguida, desde la niñez. Y luego, luego las complicamos. De repente queremos más. Más vivir, nos volvemos susceptibles, egoístas, no complicamos con celos, envidias, tensiones, y olvidamos vivir vivir. A mi me gusta vivir la voz de mi madre, o la de una amigo cuando se asoma por la puerta y dice mi nombre, o la de mi hija por teléfono, o la voz de un tio lejano, o recordar la voz de mi abuela.
Es tan fácil vivir eso.

O vivir la próxima Navidad, con sus hipocresías, sus luces, sus dulces, sus adorables tópicos, quiero todo, como si la Navidad fuese a salvarme de todas las malas noches y las horribles piernas inquietas. Quiero vivir las llamadas de Nochevieja las de las 00:01, me encantan!!!. Tengo ese vicio de vivir, ahora más que nunca.

O vivir los momentos en que dices la verdad, vivir sin el orgullo que te bloquea, como vivir las gotas de lluvia en la calle, están cayendo en ese momento, únicas, frescas, irrepetibles, pues eso, vivir momentos irrepetibles. Que la verdad te hace vulnerable, pues a vivir vulnerable. Siempre ganas viviendo con la verdad. Lo mucho que cuesta decir que te echo de menos, que tengo ganas de verte. Se dice, se vive y no pasa nada.

Vivir de las historias de mis amigos, de los problemas no problemas, de lo poco que vivien, del tiempo que se les escapa, de los equivocados que viven, de sus consejos importantes, de sus opiniones vitales, de sus olvidos y de sus recuerdos. Personas que forman tu vida, todos los días, rellenan minutos de tu vida, la que ocurre como la chispa de una cerilla. Zas. Instantáneo. Fugaz.

O vivir de pequeños detalles que conforman una vida mundana: las magdalenas para el desayuno en la despensa, las habitaciones desordenadas, las personas paradas en el paso de cebra, la espuma de la primera caña, mi edredón, mis zapatillas crocs, las gatas, encender el móvil al despertar, los dedos de la mano de A., comprar el pan, todos los rayitos que entran a la vez por la ventana a las 8:05. 

Vivir parece cursi, ese es el problema. Que necesitamos llenar de conceptos profundos y elaborados una vida cursi, o natural. Encontrar cosas buenas y no aprovecharlas, no vivirlas vivirlas. Alucinar cuando no están, alucinar en colores con la añoranza, es horrible vivir vivir la añoranza.
Antes de facebook compartíamos los mensajes trascendentales en las puertas de los baños de la facultad. Lo recuedo perfectamente, letras de Dylan o John Lennon. Ideales, entregados a la vida con superávit de hormonas.
Ahora hay más cursis por metro cuadrado que sandías en el campo.




Todo el mundo tiene consejos de vivir vivir. Everybody a lo Paulo Coelho. Everybody viviendo en of.
Ahora hay múltiples  opciones para casi todo, elija de esto o de esto otro. Variedad de alternativas para cualquier cosa material e incluso espiritual. Pero hay muy pocas opciones para vivir vivir. Que los demás no te jodan tu vivir vivir. Tu vida es tuya. Solo tuya. Allá los que menosprecian tu vida, porque obviamente no ha valorado una mierda la suya. La vida de cada uno es lo más importante a respetar, cada uno de nosotros solo tenemos una y nadie tiene derecho a quitarla y nadie tiene derecho a desvivirla. 

Supongo que todo esto es obvio. O no. Si vives todo a modo de producción hollywoodense tiendes a no rentabilizar a modo de beneficio "pequeño negocio de la calle san lorenzo". 

Que me ha salido un grano in the moflete, pues que bello es lo imperfecto. Como los baobads, los árboles al revés. Los más bellos, los más intensos, los más africanos, lo más gigantes, los más rotundos, los que dan más vida. Imperfectas, complicadas, duras, llenas, vacías, orgullosas, absurdas, cursis, requetecursis...



Baobad o no, ser cursi, me pone. 


martes, 28 de octubre de 2014

WAITING IN VAIN

Me encanta parar en un semáforo y ver a la gente apresurada cruzar hacia sus mundos. Me encantan las madres que llevan las mochilas de sus peques y los cogen de la mano mientras charlan. Niños bien peinados que dan pequeños saltitos para avanzar por el paso de cebra. Inocentes charlas entre los hermanos. Mamas que empujan cochecitos y llevan ese look de superación mañanera que solo una superwoman que ha vestido a tres bichitos y luego se ha dado el retoque que ella sabe mantener, estilosa, arreglada pero informal. Padres estupendos haciendo lo más interesante de su día, con sus niños dando vueltas alrededor. 
Y la parada del tranvía. Estudiantes con las pilas puestas, chicas y chicos que se miran de reojo, la mayoría con sus cascos, su música, su rollo. La ropa bien pensada, sus intereses vitales controlados, sus energías programadas para comerse el mundo. Porque todavía creen que hay un mundo para comerse.



Todas las personas son fascinantes. Desde el interior de mi coche, creo imaginar sus historias, sus vidas de cartón pluma, espero que sean felices, que no les pase nada horrible, que los niños salgan del cole, que los padres vuelvan del trabajo, que los estudiantes disfruten de sus clases, que los que andan perdidos encuentren un meeting point, uno para apoyar el alma y otro para encontrar sonrisas.







Me encanta cuando por la noche la tierra huele. Me encanta que la humedad me envuelva. Me encanta que existan olores que no pueda reconocer. Me encanta tener percepción, odiaría ser de plástico. Porque hay gente de plástico. Los he visto. Peopleplastic. Me encanta no ser una peoplepastic. Han progresado mal.

Me encanta encontrar gente nueva, me encanta que no se agote la gente nueva, los he encontrado, PeopleNew. No saben nada de ti, es interesantísimo, podrías ser cualquier historia diferente a la tuya. Podrías inventar mil mundos de origen, mil vidas vividas, mil relaciones inexistentes y serías otra persona. Una PeopleInvent. Una usurpación de mi propio yo, una mentira bondadosa a mi búsqueda permanente, unas ganas horribles de tensar mi hilo rojo vital.




No me encanta formar parte de un subsistema de gente completamente corrupta, no me encanta ver sus caras en los informativos, no entiendo quien se creen que son, no merecen nada. No entiendo que ha pasado desde que cruzaban los pasos de peatones de la mano de sus padres en el camino hacia el cole, no entiendo que coño les ha pasado. Que mierda de educación social han recibido, que falta de integridad moral, que malas compañías, de que asquerosa toxicidad se han alimentado. Está claro. No son ni siquiera Peopleplastic, son PeopleShit. Son una mierda.

Ahora tenemos que ser todos PeopleLOLAILO, como si nada hubiera pasado. Felices como perdices. En las cadenas de evolución algo falla. De la inocente salida de casa camino al cole hasta las cúpulas de poder, hay algunos que se mean fuera. Eso es horrible, ni ellas ni ellos, tienen buena puntería. No hay nada más decoroso que mear bien, sin salpicar, sin manchar, sin perjudicar al que viene después, sin dejar huella. Mear dentro, con talento social es fácil, lo otro lo hace cualquiera, meada corrupta, se llama, la de la PeopleShit.

Para qué nos vamos a callar. Los que fuimos al cole y seguimos cruzando siempre por los pasos de cebra con dignidad de hacer las cosas bien, para que nos vamos a callar. Derecho al pataleo lo llaman. 
PeopleIntegrity.









miércoles, 8 de octubre de 2014

EL PUTO DOBLE CHECK

Como siempre se ha dicho, somos lo que comemos. Nuestros padres comían las legumbres compradas a granel en los mercados y las viandas elaboradas en las matanzas anuales. Todo de la tierra, para estómagos sin privilegios, naranjas a bocaos, panes con harina candeal, tortas de manteca, bizcochos de almendra. Ahora comemos sushi y kebad, tenemos el cerebro de una mezcla de carnes de dudoso origen y por supuesto un culo de pescao crudo. El tiempo me dará la razón. No podemos ser pizza sin correr el riesgo de tener una estructura permanente de poca fluidez verbal.

Como yo digo ahora y soy rotunda, somos los whatsapp que nos tragamos. Antes nuestros padres salían a pasear con un amigo/a o con una pandilla y sabían que lo que tenían enfrente, era el reto de conquistar a una persona, caer bien o no. La cuestión era fácil tenías a alguien con quien charlar, ver su mirada, matizar sus respuestas, su lenguaje no verbal, tener el tiempo para reír o llorar, sin más espectros.
Ahora tenemos al lado a esa persona con lo que te gustaría poder contar las mil y una noches de Sherezade y levitar por el Monte Kenya y resulta que a parte de a él o a ella tenemos como participantes en nuestra conversación (o intento), a sus 513 contactos de whatsapp. Imposible un cara a cara sin el doble check, imposible no sentir el peso de ese mensaje de coqueteo o charla intrascendente en medio de tu charla trascendente, imposible querer cerrar las manos para saltar y no notar las caritas sonrientes o decepcionadas en filas de cuatro entrando en tu móvil porque obviamente no estás contestando.

Lo llevo mal, se nota.

Por ello tengo que ser viento. Lo deseo más que nada. 
No entiendo con tanto fenómeno natural e incluso antinatural que se produce constantemente, no entiendo con los miles de milagros que la Iglesia realiza cada día, no entiendo con los miles de investigadores que trabajan con maravillosas moléculas, las ecuaciones matemáticas que aparecen nuevas en las universidades, no entiendo como si existe el whatsapp y tantas maravillas de la ciencia y de la vida; nada, nada consigue que yo me convierta en viento. No podré resistirlo mucho más.












Volar acariciando el mar en el infinito, volar entre bosques de árboles puros y sin doble check, donde me acojan y me permitan jugar entre sus ramas, volar por campos de tierra cultivada, volar por las montañas más silenciosas y mas solemnes y entre los skyline más brillantes del planeta. Y sobre todo volar entre aquellos con los que quiero hablar sin ondas electromagnéticaticas que corten mi rollo. Soy de hipersensibilidad electromagnética. Soy de la hipersensibilidad de un viento. 







Y cuando consiga ser viento y alcanzar la paz de llegar y escapar de los lugares sin ondas habré encontrado mi propio doble check. Acabaré conversaciones, cumpliré mis promesas, terminaré con sensaciones, tendré la certeza de que he sido escuchada de que tengo una presencia sin carita, sin una caca con ojos.






domingo, 21 de septiembre de 2014

COSMOPOLITA

Estoy completamente cosmopolita, siento, pienso, divago, paseo como posesa cosmopolita. Mis pestañas tienen sentimientos cosmopolitas, mis caderas, mis dedos al tocar. Las texturas de mi alrededor tiene aire de ciudad, todo parece tatuado, con marcas de guerra. Cosmopolita es mi pelo, cosmopolita es mi mirada, cosmopolita mi forma de andar. Aparto todo lo que es limitado, para solo dedicar mi energía a lo grande. 





A esos que se sientan en un café y miran su taza como planeando una seducción, nada al azar. Esa gente cosmopolita que no tiene apellidos, que no tiene marcas, que no tiene tendencias, que no tiene paredes, que si tiene un mundo para describir, que si tiene música en la horas muertas, que si tiene ganas, que si tiene tiempo, que no tiene prejuicios.

Tengo cosmopolita la razón, ahora más que nunca. No tengo intención de tener absurdas conversaciones no cosmopolitas, no tengo intención de vender mi alma al diablo vestido de puta.




Tengo cosmopolitas las ganas. Tengo que subir, avanzar por enormes calles, por avenidas kilométricas, tengo que entrar en los museos, en las bibliotecas, en el mundo de los que nacieron para enseñar. Para ofrecer. En el mundo de la experiencia. 

Cosmopolita es mi cuerpo, cosmopolitas son mis intenciones.  

Y sobre todo que tenga una acojonante seguridad cosmopolita. 




sábado, 6 de septiembre de 2014

SUBCONSCIENTE

Hola,
se que parecerá chocante, pero soy el subconsciente de La Independent.
Se ha quedado dormida, muy profunda, y yo estoy a su lado vigilando su sueño y viendo como respira.
Tenía el ordenador encendido y me he puesto a escribir.
Me gusta verla desde su exterior. Como ella duerme mal, tiene estados profundos en los que está muy quieta, tremendamente quieta. Dura poco, pero en su vida diaria siempre se está moviendo de un lado para otro por lo que me siento fascinado cuando puedo mirar su quietud.

Soy la parte más intangible de su vida efímera. Pero a la vez, la que más carga emocional tiene. Yo guardo miles de sensaciones que ella ha tenido, montones de recuerdos dulces y amargos, secretos que nunca traspasaron su piel, incontables pensamientos reprimidos y multitud de esperanzas.
No todo mi trabajo está dedicado a su pasado, aquello que le ha quedado grabado y conserva instintivamente. Yo también soy un subconsciente que la prepara para el futuro.

Ella que tiene enormes altibajos, esconde en mi algunas de sus manías más profundas, como; el odio a los coches parados en ralentí, a las compresas con alas, al ruido, al desahosiego que le produce la incertidumbre y sobre todo a los aburridos. Ese es uno de sus grandes secretos, la manía que le tiene a la gente aburrida. Se estresa demasiado, una autoexigencia absurda.
La intento convencer a través de nuestra estrecha y especial relación, que en muchas ocasiones y frente a muchas situaciones, debe concentrarse menos en la respuesta de los demás y pensar más en ella. 



Se mueve. Estará soñando.

Se que soy importante para ella. La verdad es que lo contrario me fastidiaría. 

¿Pero, por qué un subconsciente de nadie se pone a escirbir sobre la persona que lo genera?

Porque el subconsciente de La Independent tiene una actitud activa. Ella ha hecho que así sea. Vamos que me lleva frito.
Soy como una thermomix, todo el día triturando información e imágenes que luego tengo que en la temperatura justa dejar a la densidad perfecta y almacenar según la siguiente selección:

a)problemas nefastos que mañana se me habrán olvidado
b)problemas de la risa floja, aquellos que el origen es humano y de decadente nivel que se la pique un pollo que para cuando este haya acabado yo ya estaré lejos
c) problemas de índole coronaria, estos los rebajamos con sentido del humor del tipo: queridos, queridas el harakiri mental y vaciado completo
d)problemas queso, se solucionan con un beso
e)problemas de entendimiento, se solucionan con entretenimiento.
f)problemas de amistad y de decepciones, solución triple C, cerveza, cariñicos y colegas.
g)problemas de cash, visita a Zara, opción entrar por una puerta y salir por la otra con cara de terrible decepción, Nohaynadaamialturaplanetariadetiacoolquenoseponecualquiermierda
h) problemas que no son problemas, son molestias intestinales, para eso su famosa frase; me tiro cuatro p__s

i)para todo lo demas, MAÑANA. Porque si hoy lo ves oscuro, mañana será completamente brillante, nunca falla. Piensa en todos los que no tienen problemas porque no están. Y les gustaría mogollón tener problemas, subconsciente, a La Independent, las cerves y besos.

 ¿Quién no volvería del infierno por un beso de amor?








Dedicado a Leticia (mi subconsciente tangible)