La Calumnia de Apeles por Sandro Boticelli (1495).
Siempre he tenido debilidad por esta obra, desde hace muchos años. Su complejo significado, el movimiento delirante de los personajes, como interactúan entre ellos, las arquitecturas tan poderosas. Me parece de una extraordinaria elaboración y refinamiento, el trasladar a esta tabla los conceptos más abstractos del comportamiento humano.
Es perfecta; su composición, su perspectiva, la atracción que provoca, los giros de los personajes, el color. Una obra de profundo significado, un tema difícil.
¿Por qué un artista tan brillante como Boticelli , que realizaba sutiles bellezas y delicados paños transparentes, acepta el encargo de una obra de lectura y términos tan complejos?
Y ahora, no puedo dejar de pensar en ella. Todas las informaciones que actualmente llegan a mi por los distintos medios, me hacen y me obligan constantemente a recordar esta obra, en su rabiosa actualidad.
El tema es alegórico; se basa en una descripción literaria sobre una pintura de Apeles, pintor de la antigüedad, descrita por Luciano de Samosata en uno de sus Diálogos y mencionado en el tratado de Alberti, que aludía a la falsa acusación, de la cual fue víctima Apeles, al que un rival acusaba de haber conspirado contra Tolomeo Filopator.
En la obra aparecen representadas diez figuras, identificadas perfectamente al gusto de la época y de la grácil mano del artista.
A la derecha rodeando al rey Midas (el juez malo), se encuentran la Ignorancia y la Sospecha. Frente a él se encuentra una figura vestida de monje al cual se le atribuyen varios significados pero todos similares, los historiadores no aciertan a concluir si es el Rencor, o la Ira. En el centro está la Calumnia que es representada por una joven que arrastra de forma inocente a un hombre desnudo que junta sus manos pidiendo clemencia. A nuestra protagonista la rodean la Envidia y el Fraude.
A la izquierda de la obra, una figura en negro que vuelve su mirada hacia atrás, es la Penitencia, este personaje andrajoso y con ropa pesada se encuentra encorvado frente a la luminosa figura final.
Siguiendo la lectura de esta obra de derecha a izquierda, tal y como yo lo he hecho, y analizando el profundo significado de la escena y la importancia de la representación de estos valores de la humanidad, es de suponer que al final sólo podremos encontrar una luz, deberíamos hallar La Verdad. Encontrar el significado real a lo ocurrido, esclarecer los hechos, encontrar a los culpables y exigir la única Verdad. Esto es lo que representa la figura final. Desnuda, con su mirada hacia el cielo y el dedo amenazante exigiendo respuestas, responsabilidades.
Han pasado cinco siglos desde que el genio del Renacimiento realizara esta obra.
Mucho tiempo para encontrar tantos paralelismos.
Yo, amante del arte y de la belleza, encuentro en esta magnífica obra, una plasmación rotunda de nuestra sociedad. Pese a que en esta obra todo es ingenio y talento y en nuestra sociedad actual es todo mentira y falsedad.
La Verdad frente a la incertidumbre que nos envuelve de forma permanente, frente a las constantes calumnias, fraudes y sospechas que han generado nuestros dirigentes con su mal proceder, su evidente engaño y falta de ética.
Una pintura fantástica, poderosa. No me digáis que no.
Actualmente se encuentra en la Galería Uffizi de Florencia. Yo propongo sacarla esta Semana Santa en procesión. Ya que, al igual que el Cristo Crucificado, La Verdad es la nueva mártir de nuestra sociedad.
Uf, Independent, sin palabras...
ResponderEliminarCuriosamente Boticelli es uno de mis preferidos,desde siempre, y tu crítica y tu comparación con el presente son brillantes.
Un post sencillamente genial. Beso grande.
Botticelli hizo una representación similar a la obra de Apeles llamada La Calumnia, por eso el nombre de La Calumnia de Apeles.
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