Tengo un amigo sobrado de inteligencia que hace unos meses me regaló un libro. “69 historias de deseo. Un museo imaginario erótico”.
Digo sobrado porque chorrea inteligencia, literalmente chorrea. Hace poco pasó por mi casa y efectivamente había chorretones por todos lados, de esos que ni con la fregona. Los chorretones de inteligencia son muy distintos a los demás, no brillan, ni son pegajosos, no se te pegan en los pies, ni manchan. Solo dejan un ambiente de inconsciencia del cual no te apetece nada salir, quedarte envuelta en mierda de inteligencia.
Volviendo al libro, portada sugerente, con detalle de la “Dánae” de Klimt, formato enorme y pesado con aplomo. Por el que mueres, suspiras y deseas que alguien te regale cuando lo ves colocado en una bonita estantería.
Yo he regalado muchos libros y todos contienen mensajes, pero claro, hay montones de idiotas que no los captan.
Este maravilloso libro es el resumen más erótico del mundo del arte implícito y explicito. Nada subliminal, está lleno de estímulos que se perciben de forma totalmente consciente. Sin descaros, sin estridencias, sin empalagos, lo sutil que fue el mundo del Arte, antes de las porquerías del S. XXI. Para plasmar sin escándalo, lo sensual y la sexualidad en maravillosas y sugerentes obras.
El recorrido se inicia con el arte griego, como no, referente universal. La obra en cuestión “Vasija de figuras rojas del siglo VI a. C”. se encuentra en el Louvre.
Representa una orgía, sin tapujos, y según el autor era un objeto de uso cotidiano, lo que te lleva a la conclusión de que estos gozaban de más libertad sexual que nosotros. Pero esta libertad no es como la entendemos ahora, entre otras cosas la vagina de una señorita valía su peso en oro, de ella podía depender el ascenso social de una familia………
Como mi adorado libro no tiene desperdicio, no me puedo entretener en cada una de las representaciones escogidas. Entre estas deliciosas páginas cabalgan obras de connotaciones religiosas basadas muchas en los textos bíblicos, con el diablo muchas veces de ejemplo. La mitología griega, con Paris, la maravillosa estatuilla de Pan copulando con una cabra, Príapo cargado como un toro y la estimulante “Leda y el cisne” de Rubens, la más deseable.
También baraja los juegos que hace unos siglos eran inaceptables para Occidente la combinación de la desnudez completa con figuras completamente vestidas.
Esclavas y odaliscas de piel transparente y blanca como las del “Baño Turco” o la impresionante “Esclava blanca” de Jean-Jules Antoine Lecomte del Museo de Bellas Artes de Nantes, mi preferida.
En esta obra la esclava aparece en primer plano con su espalda desnuda, sinuosa e interminable, como una duna perfecta. Lleva en su mano un cigarrillo, si, un cigarrillo. Los detalles de la composición son perfectos, telas ribeteadas de puntillas y bordados, cojines orientales, joyas, una naranja abierta como un mundo por penetrar, y al fondo la mirada de un joven, un joven inocente, un hombre de color. Ella es la representación más descarada de la femineidad, todo poder y todo dominio.
Me gusta también hasta el delirio la historia de Rolla, como se titula la obra 47. Con una bellísima Marion, sobre una cama, desnuda y relajada tras haber hecho el amor con su amante. Basado en el poema de Alfred de Musset. Poeta amante del escándalo de principios del XIX, que siendo un autor romántico apenas ha envejecido. Suyas son las palabras; “Es necesario amar siempre, aun después de haber amado”.
Ya entrados en el S.XX, también se puede disfrutar de una serie de obras con cierta inocencia y picaresca, sin rebasar nunca los límites de lo obsceno o el sexo por el sexo, concepto para vender arte conceptual, o sea.
“Dora y el Minotauro” de Picasso, ,… donde yo veo claramente reflejado en ese Minotauro la fortaleza sexual del autor.
“El entredós”, de Leonor Fini, donde se evoca espléndidamente el lesbianismo.
Y la fotografía. Dos autores a destacar, David Hamilton, el eterno buscador de la ambigüedad y su coqueteo con la fina línea de la pornografía, y la fantástica foto de Robert Mapplethorpe retratando a Louise Bourgeois, anciana y sonriente agarrada a un tremendo pene obra de la propia escultora.
Ni que decir tiene que me quedo con las ganas de resaltar muchas más obras, de entretenerme horas y horas en cada una de ellas. No quiero dejar de nombrar a Miguel Ángel en “La Tentación” de la Capilla Sixtina. Artista por el que todos es sabido, yo siento una pasión patológica.
Pero lo que quiero destacar, es que todas estas obras menos una y las anónimas, están ejecutadas por hombres.
Retomando el principio, y habiendo consultado la prestigiosa agencia británica de estudios sociológicos y comportamientos colectivos, la Frontier-LaIndependent Economics. La inteligencia emocional y sensitiva de los hombres actuales está muy por debajo de la de los últimos 20 siglos. Es decir, el hombre actual tiene una inteligencia probada para resolver cuestiones técnicas y tecnológicas, hacer mala política, todo tipo de acuerdos internacionales, generar conflictos o ganar mundiales.
Pero ha sufrido un tremendo retroceso en la búsqueda sensorial de los placeres básicos vitales, despreciando la consecución del mundo erótico limpio.
Por circunscribirlo al ámbito que manejo, tipos inteligentes conozco algunos, varios, unos pocos, un puñao. Pero no del tipo que hoy pintaría la obra “El origen del Mundo” de Gustave Courbet, el paisaje que rinde el homenaje más rotundo a la erótica femenina. Sin alardes de masculinidad, de imposición de su inteligencia frente al avance imponderable de la fuerza femenina que origina el Mundo.
Bueno para ser justos, mi amigo el inteligente chorretoso, quizá si.
Ejemplo arte erótico S.XVII:
Detalle de :"Betsabé con la carta de David", de Willem Drost, 1654.
Me apunto lo de ese fascinante libro para regalármelo (¿masturbación de mis inquietudes literarias?).
ResponderEliminarAprecho la jornada dominical para reflexionar sobre tu reflexión y concluir que tienes razón y que carecemos de la vis femenina sublimada en el arte erótico, aunque hay atisbos ocasionales (las delicadas fotografías de Mapplethorpe sobre flores son de un erotismo ginecéico).
PS: Ya veo q no soy el único que manda mensajes con libros regalados... mensajes que como no son convenientemente interpretados (en el sentido esperado) al menos sirven para confirmar que a otra cosa mariposa ;-)
Rentero, Rentero, te estás ganando un buen regalo. Si te pillo te pongo en tu estantenría el libro que considero os es adecuado. No solo para compensar nuestra mutua frustración en cuanto a "libro regalao", sino porque también compartimos la tierra de nuestros abuelos/as/tias abuelas, que eso une mucho.
ResponderEliminarLo de la "Esclava Blanca" es de impresión, perfecta, bellísima, atrevida...Me quedo con Picasso y su minotauro; la fuerza, la pasión desmedida, el amante arrebatado...
ResponderEliminarpero echo de menos, la OBRA por excelencia: "Jardín de las delicias" del Bosco: sexo permitido y prohibido, pasión, engaño, frustación, sensualidad en cada una de las escenas (hasta en el paraiso)y por supuesto, lo mejor, que alguien se treviera a pintar algo tan explícito en aquella época digamos llena de ataduras de diversa índole. Pues eso Independent, creo que salvo en casos muy extraños, los pintores de hoy en día han optado por abandonar la sugerencia y sensualidad en pro de una forma explícita que llega a aburrir en muchos casos...