domingo, 24 de junio de 2012

LA GENERACIÓN DEL ORFI. SCARLETTJOHANSSONING



No sé cuando nos dimos cuenta de que estábamos inconscientes, supongo que un poco después de darnos cuenta de que estábamos hipersexualizadas. De hecho tuvo que ser esto lo que nos llevó a desayunar Martinis rojo con oliva, para desacralizar nuestros instintos más perros en una mañana de junio en un bar de la huerta.
Siempre hemos estado muy unidas, esa hora mágica en la que llegamos al bar para desayunar juntas todos los días de semana, es el momento del cara a cara, nunca falta sinceridad, es como mirarse al espejo y frente a las demás, cada una de nosotras, saca a flote su yo más caníbal. Por eso en esta ocasión y tras escuchar la flipante historia de V. nos hemos solidarizado con la torpe de nuestra amiga y hemos decidido pasar del concepto mujer-persona-intelecto-cool a la mujer-sexual, sin más. Eso si, sólo por una horas, hasta que el peso de nuestros maravillosos cuarentorros nos obligue a estar más cerca de Elinor Ostrom que de Scarlett Johansson.



Si no recuerdo mal, porque ando un poco entorpecida por la visión de la botella de Martini rojo customizada a base de lametones de M., todo empezó con la llegada de V. y su inseparable smartphone.
Nuestra amiga había tenido una noche movidita, culpa siempre de su ego desbordante mucho más que sus tetas supersónicas, como ella las llama, por ser super y por tener sonido surround. La cuestión es que su Iphone con funda de strass de cinco colores, sonido de las Supremes y fondo de pantalla con su mejor pose con el little black dress, es una perdición para ella y para todas nosotras.
V. es tecnológicamente inepta, sexualmente muy evolutiva y socialmente divina, lo que hace que las tres cosas unidas, la conviertan en una bomba de relojería por las redes sociales, todas y cada una de ellas activadas en su cuchi-cuchi, nombrecito de su Iphone con funda de strass cinco colores.
Desde luego es mejor desvirtualizarla, gana bastante, no sólo porque es master en Gestión y Emprendimiento Tecnológico por la Universidad de Deusto, y te deja muerta charlado sobre los instrumentos financieros, legales y contractuales del momento, sino también porque es más natural, más tierna, nada de montaje avatar desmelenado.

La noche anterior no se le había ocurrido otra cosa que unirse a la red Scarlettjohanssoning en twitter. Cómo su nombre indica es un grupo de narcisistas cargados de sentido del humor y mucho morro, que se fotografían desnudos a través de un espejo, imitando a la estrella americana, para después mandar su foto a esta red o a todas las redes o contactos susceptibles de no sufrir ataques de asma.
V. ni corta ni perezosa se ha hecho un retrato de espaldas en el espejo de su vestidor, con cierta picardía y sensualidad, con medio culito en imagen y media tetita supersónica. Claramente se la identifica, ya que su caballera rubia de rizos perfectos es inconfundible en todos los países donde vendan Pantene.
Encantada del resultado y emocionada por los numerosos retweets, decide sacarle partido al tema y ya que nos encontramos en una de las noches más cortas del año y no tener sueño y llevar más de un mes sin echarse un ligue, la decide a mandar por whatsapp la foto a un conocido que hace seis mil años le echó los tejos en una cafetería una tarde con los niños y tomando chocolate con churros. El bendito se llama Juan Gutiérrez, lo selecciona en los contactos- nos cuenta partida de la risa, nosotras agarradas a la silla muertas de miedo- y se lo mando.

Como no recibo respuesta.- continua. Le doy a reenviar.
Pero como son las cuatro de la mañana y no llevo las progresivas bifocales de doble pasta porque en la foto no quedaban bien, no sólo se lo reenvío a Juan Gutiérrez, cincuentón, divorciado y con sobrado sentido del humor, sino a otros dos Juanes de mi agenda.

Que!!!!!------ gritamos todas-, con el último modelo de sujetador adhesivo (que todas nos hemos comprado y llevamos en ese momento pegado en la cara).
En ese momento, -comenta lacónica- no me dí cuenta. Ha sido esta mañana al encender mi cuchi-cuchi y ver los últimos whatsapps.

Por eso está tan alterada, -nos confirma.
Casi que no he podido maquillarme, sólo una base ligera, la BB, los polvos translúcidos, el colorete en crema y un poquito de pestañas postizas.

!Ja!, esta si que es buena.
Lo único sensato que ha salido por su boca.

A. que mantiene su flema inglesa, pase lo que pase, incluso como aquel día que salimos de marcha y salió del baño con la falda subida por detrás enganchada en la cinturilla y se paseó por todo el Atómic, sintiéndose divina ante tanta mirada de bobo treintañero, que jamás había visto una faja inglesa.

A. que parece que respira, pregunta. ¿Querida V. a que dos Juanes de tu macro agenda, les has arruinado la vida?

Bueno, no tiene, mucha importancia,- suspira V. bajo presión mortal.

La miramos con ganas de meterle un tomahawk por la narices.

En fin, -dice. A Juan Gómez, el tutor de mi hijo que tiene la próstata irracional, como él mismo me contó en una tutoría.
Y a Juanito Giménez, el marido de mi amiga Amparo, que me dejó su móvil cuando hicimos el camino de Santiago con una semana de diferencia y necesité preguntarle un par de cosas sobre la tradición jacobea y el Beáto de Liébana. Es que había sido seminarista de los PP. Reparadores en Venta de Baños, antes de un viaje a Sevilla donde conoció a Amparo que era azafata de congresos.

Pero en serio, y no me pongáis esas caras de estrechas- nos dice masticando olivas, como si fueran muffins. Medio mundo hace ScarlletJonanssoning y no pasa nada. El cuerpo como cualquier otra cosa es un medio de comunicación no verbal, la celulitis corporal es tan comunicativa como un editorial de Luis María Ansón.

Esta claro que no hemos podido contestarle, solamente hemos sentido la necesidad de hipersexualizarnos un poquito y tomarnos un Martini rojo con oliva, antes de llegar a los despachos respectivos y sentarnos a trabajar, sin poder evitar ver a cada uno de nuestros compañeros en su versión del ScarlettJohanssoning.




#scarlettjohanssoning