lunes, 2 de enero de 2012

LOS HOMBRES QUE SÍ AMABAN A LA MUJERES


Me resulta asombroso lo egoísta que puedo parecer, si en estos momentos no me dedico a lamentarme por los recortes económicos, la subida de impuestos y todas esas consecuencias que parece convertirán nuestras vidas, en amargos pozos de tristeza y desazón. Seremos más pobres, pero quizá ¿ganaremos en otras cosas?.
Si no hacemos un esfuerzo por buscar en nuestro interior alternativas a lo económico, no sabremos disfrutar de lo que dejamos por el camino. La abstracción en momentos como estos, debería estar derivada hacia el romanticismo, por ejemplo.  Nada más que el amor y su pasión. Esto anda demodé y entrar en términos apasionados puede resultar agotador, es cierto que ahora esto no tiene mucho sentido, en nuestro mundo se ama con cordialidad, inteligencia, tiranía, egoísmo, acuerdos, lucidez, mediocridad, sensatez.

Se da la paradoja de que es una paradoja lo mío con el amor. El amor humano, el divino ya lo dejé claro.
He de confesar que me confunden muchos los términos que los circunscriben, no sé bien delimitar donde empieza una cosa y donde termina otra. Pero, si bebo de mis fuentes, las artísticas, por supuesto, lo que más me atrae, con trabajosa desmesura, son los amores pasionales. En el Arte como en la Ópera las pasiones desenfrenadas.
La pasión, ¿existe hoy?, o solo es el deseo mal llevado, como un huevo sin sal. Claro que si nadie hubiese descubierto la sal, tomaríamos los huevos sin ella, pero ¡no!, se descubrió y ahora, mal que le pese a los hipertensos, la sal es el ritmo de un huevo.
Pasión canalizada, indiscutiblemente apasional.

Puccini por ejemplo, tuvo que ser un hombre muy pasional. A lo mejor me equivoco y era un tremendo huevo sin sal. Pero siendo uno de mis ídolos musicales, ¿pudo escribir lo que compuso, sin un poquito de sal?. Siempre lloro con Puccini, siempre lloro con la Ópera.
No estoy segura si amaba a las mujeres, o si las convirtió en el mal de amores, de las desgracias y padecimientos. Creo que las amaba, como buen italiano. Canalizó en ellas pasiones extraordinarias, no sólo amatorias sino también vitales, de vida y muerte.
Qué bonito. Yo hubiera dado lo que fuera por estar sentada a su lado y oír junto a él, los primeros acordes del Vissi d' Arte. El creador del algo así, ¿como amaría?
Amaba a María Callas, lo sé, aunque la vida no los uniera. Amaba sus ojos gigantes, su fragilidad, su inseguridad, su maravillosa voz, su elegancia, solo ella es Tosca.



Modigliani, ¿por qué ha transcendido tanto su figura?. Pobre, enfermo, sin fortuna, ¿por qué? por su pasión, sin duda. Entre todos los inconmensurables pintores de la Historia del Arte, yo podía haber elegido a cualquiera de los que en sus obras plasmase la belleza de la mujer perfecta, ideal o magna, como Boticcelli, o el exótico Klimt o las rotundas bellezas de Rubens.
Pero es Modigliani quién amó perdidamente a las mujeres, con su trazo sencillo, ese minimalismo formal, no necesitaba nada superfluo, tenía una visión perfecta.
La mujer de Modigliani no buscaba ser decorada, ni mostrar su anatomía, ni bellos vestidos, o poses sensuales. Ser amada por Modigliani tuvo que rozar el paroxismo, la locura.
El tenía su propio estilo, esa interpretación de lo esencial del alma de la mujer, lo suyo no fue una incursión en la Historia del Arte, lo suyo fue una incursión en todas y cada una de nosotras.




Clint Eastwood, ama a las mujeres. Puedo afirmar y afirmo que es el director de cine que sabe encontrar lo más contenido de los sentimientos íntimos de una mujer. Sus mujeres tienen ansias de vida y él las canalizada a través de una cámara. Las historias de amor en el cine rondan en muchas ocasiones la languidez, la utopía y la idiotez. Sólo aquella que estremece por igual a hombres y mujeres, que parece tan real como tu propio aliento, que entumece tus sentidos hasta agotar tus ganas de respirar, es una gran pasión. Cuatro días dura su encuentro con Francesca, que origina toda una vida de futuros planteamientos y dudas. Los cuatro días de la pasión más bella jamás descrita en el cine.




Podría seguir, me quedan algunos nombres.
No me preocupa resultar empalagosa. Lo que me preocupa es que desaparezca Youtube y no pueda repetir y repetir cada una de estas maravillosas escenas.
Eso para mí, sí que sería una crisis devastadora......